Marko se dio cuenta de que Nahiara comenzó a sonreír. Sin embargo, decidió no decir nada y seguir conduciendo. Los coches pasaban veloces a su lado en todas direcciones, y Madrid estaba repleto de luces de colores. Los altos edificios parecían querer atravesar las tímidas nubes color violeta que poblaban el cielo.
Dentro del coche se oía “Melodía desencadenada”. ¿Hay una canción más romántica que ésa? Quizás la banda sonora de “Titanic“, y pocas más. Por un momento se le pasó por la cabeza… No. La acababa de conocer. Sólo estaban empezando a ser amigos. Nada más.
Nahiara bloqueó su móvil después de leer el sms de Ana. ¿Qué se pensaba aquella chica? Sólo habían salido como dos amigos. Sólo era eso. Nada más. Aunque en un resquicio de su mente comenzaba a generarse la idea de… No. Lo acababa de conocer. Sólo estaban empezando a ser amigos. Nada más
Ojos Verdes
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